F-16 Block 50, Fuerza Aérea de Chile por Andrés Fonseca Wilder (Parte 1)
Andrés Fonseca Wilder comparte con nosotros el armado de su F-16 Block 50 en escala 1/72. (Maqueta: Academy)
Breve historia
La presencia del F-16 en la Fuerza Aérea de Chile (FACh) se remonta a la década del ’90, cuando se pone en marcha el proyecto Caza 2000, a fin de renovar la fuerza de aviones de combate con un caza de última generación. De dicho concurso (frente al Mirage 200-5, Saab Gripen y F/A-18 Hornet), el F-16 C/D resultó el modelo escogido, lo cual sería informado por el entonces presidente Ricardo Lagos Escobar, el 27 de diciembre de 2000. Ya el 1 de febrero de 2002 se firmó una carta de intención entre la FACh y la empresa Lockheed Martin para la adquisición de 10 aeronaves, incluyendo 6 monoplazas y 4 biplazas, pertenecientes al Block 50. La fabricación, propiamente tal, de los aviones no comenzó sino hasta octubre de 2004, tras la firma del contrato para el ahora llamado programa Peace Puma, el 22 de mayo de 2003.
El roll-out del primer avión construido se efectuó el 13 de abril de 2005 (monoplaza, matrícula 851), siendo su vuelo de prueba el 23 de junio de 2005. La entrega de los aviones comenzó con dos biplazas (858 y 859) el 31 de enero de 2006 y culminó el 14 de marzo de 2007.
Desde su llegada, este material está destinado en el Grupo de aviación N°3, en la Base Aérea “Los Cóndores”, en Iquique.
Posteriormente, desde septiembre de 2006, comenzaría la llegada de los F-16 MLU, pero eso ya es otra historia.
Decisiones, decisiones…
Mucho se ha escrito sobre aspectos modelísticos para obtener una maqueta del F-16 chileno en distintas escalas. En la actualidad, en 1/72, está disponible la maqueta de Tamiya, que resulta (casi) insuperable a la hora de escoger. La modificación más relevante que requiere es la extensión del paracaídas de frenado, lo cual parece un costo insignificante frente a un panelado que raya en la perfección, más que razonable nivel de detalle, formas precisas y un encaje exquisito.
Pero antes del Tamiya llegó a mis manos su digno predecesor, la maqueta de Academy. Si bien no tiene los estándares de calidad de su par nipón, es una excelente maqueta a la cual prácticamente no se le deben hacer cambios para el objetivo propuesto.
A la hora de decidir su decoración, me vi atraído por representar el actual nivel de desgaste que demuestran estos aparatos en su pintura, fruto de su alto nivel de operatividad y las inclemencias del clima en el que se desenvuelven. Creo que esto no ha sido lo suficientemente representado en modelismo hasta ahora, probablemente influenciado por la cantidad de fotos de los primeros años de servicio, que los muestran bastante “limpios”. La verdad es que, al mirarlos de cerca, tienen una pintura mate, algo rugosa, que hace muy difícil limpiar su superficie, según su propio personal de mantenimiento. Pareciera ser algo similar a los ya archiconocidos aviones griegos.
Para muestra, un par de fotos de este año del sujeto elegido, el “855”. El desgaste de pintura y los parches derivados de las mantenciones me parecieron en extremo atractivos.
Los materiales
Como ya comentaba, el sustrato es la maqueta Academy en 1/72, más la siguiente lista de complementos:
- Cabina Aires
- Radar Aires (para Revell, pero calza sin problemas)
- Detalles exteriores de CMK
- Algunos fotograbados Eduard, de un set para Hasegawa
- Aerofrenos, motor y ruedas Brassin/Eduard, para Tamiya
- Escalera Eduard
- Misiles Maverick, pod Litening y casco JHMCS de Modern Hobbies
- Pitot y sensor de ángulo de ataque Master Model
- Quizás un par de Python IV del set de Skunkworks
- Calcas Two Bobs
La construcción
Comencé adaptando algunas partes en resina, tras cortar las piezas del kit, con sumo cuidado. Comencé con el panel frontal de Aires y la estructura que contiene el cañón M61. Calzan relativamente bien con poco esfuerzo, a punta de lija y masilla. También se construyeron los bastidores sobre los que se montan las tapas de registro, con lámina de plástico y se agregaron algunas piezas en fotograbado de Eduard a la cabina.
El tren de aterrizaje principal del kit se detalló con lámina de plástico, plástico estirado y algo de hilo de cobre. En las fotos se muestra imprimado, para tener una mejor sensación de conjunto.
La pintura blanca se aplicó sobre una base negra, a fin de obtener modulación de color. Por esta razón no se observa blanco puro. Se pintan los detalles con acrílicos de Vallejo, a pincel, se barniza acrílico brillante y se efectúan efectos de suciedad y desgaste con óleos y esmaltes. Finalmente, se barniza mate con Dullcote de Testors, aplicado con aerógrafo en capas finas.
Para el tren anterior se ocupó la pata de la maqueta Tamiya, por representar mucho mejor la real. Los detalles se hicieron con fotograbados y piezas plásticas de autoconstrucción. La secuencia de pintura fue la misma ya descrita. Finalmente se une a la otra mitad que conformará la tobera de admisión, cuyo interior es blanco, nuevamente sobre negro, que ayudará a obtener un efecto de profundidad. Finalmente se barniza brillante.
Enmascaro el área de la cabina y pinto en negro y grises. También cubro el área del cañón con cinta Tamiya (ya pintado), para evitar posible daño durante los procesos siguientes.
El panel frontal se completa con fotograbados y se pinta a pincel. Los relojes vienen impresos en lámina plástica y sólo es necesario pintarlos blanco por detrás. Se sugiere pegarlos al fotograbado con barniz acrílico (Tamiya en este caso), lo cual dará también aspecto acristalado a los relojes.
Un rasgo importante a considerar es una especie de rejilla, con seis espacios, que se encuentra al lado derecho de la cabina. Esta no viene representada en esta maqueta y viene mal representada en la de Tamiya (al menos para esta versión). En consecuencia, traté de construirla, con un nivel de éxito aceptable.
El trabajo en la cabina continúa modificando el asiento ACES II a una versión más tardía. Esto implicó modificar el apoya cabeza y representar la cubierta de chiporro negro del acolchado, con plástico estirado y masilla epoxy, respectivamente.
Se pintan por separado las partes de la cabina de resina, en secuencia, tras un lavado prolijo de las piezas con agua y jabón. Primero base negra para modular el gris interior de K4. Posteriormente, poco a poco, se fueron dando luces con el gris interior aclarado con blanco, con aerógrafo, en las áreas más expuestas a la luz. Tras lo anterior, se pintan luces máximas a pincel y se van dando los colores de cada superficie e instrumentos. Se continúa con barniz brillante, lo cual permite aplicar algunas aguadas en lugares puntuales, con un PLW (Panel Line Wash) gris medio de Ammo/Mig. Finalmente, se barniza mate, no sin antes enmascarar la botella de oxígeno de emergencia y las hebillas con Maskol, que deben permanecer brillantes.
Muy bien.. Me gusta mucho este armado… Tomando silla y esperando con ansias la segunda parte